Sigo caminando mientras que mis pulseras de la amistad caen de una en una y se quedan en los últimos pasos dados. Me doy la vuelta; las miro, me quedo sentada, fatigo. No avanzo, no puedo avanzar sin ellas. Aunque esas pulseras se deterioren, se descosan, se rajen o se produzcan mil cambios desagradables, debo llevármelas. Por ello siento, espero y no avanzo mi camino: Hasta que no las consiga.
Eres muy buena escribiendo!! Me encanta tu blog... Se parece un poquito al mio!! Un besito!! :D
ResponderEliminargracias! =D
ResponderEliminarDe naada!! Te sigo :)
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