11/12/09

Miradas, caricias...


No entiendo nada.
A qué venían esas miradas.
A qué venía esas palabras.
A qué venía esos rozamientos disimulados.
¿A qué?

Qué debo hacer y qué debo pensar.
Ilusión, desilusión... que iguales son esas palabras y que diferentes son su significado.
Qué bonita es la esperanza y la ilusión.
Y qué trágica es la desilusión.
Gracias a tus ojos en un nube estoy, de la que no puedo bajar y enterarme de las cosas que suceden a mi alrededor.
Gracias a tus palabras me hicistes volar en unos momentos y no acordarme de la gente que me rodeaba.
Gracias a tus manos sentí ese desgraciado sentimiento, el culpable de mi comportamiento, de mi distracción, de mi nublamiento...
Parece como si ahora dependiera de ti, de tus caricias, de tus abrazos, de tus sonrisas.
Yo no quiero estar así...

8/12/09

¿Lo dejo en manos del destino?


No se como empezar, es una mezcla de felicidad y tristeza.
Felicidad, porque nuestras manos han perdudado juntas queriendo, porque muy pegada a tu cuerpo he estado, porque tu voz se ha dirigido todo el tiempo a mi, porque he sentido tus labios en mi mejilla, porque de mi lado no te has quitado.
Y ahora. Esos sentimientos que dormidos estaban, protegidos en una caja con llave para que no despertaran y no salieran, tú los has despertado y tú abristes esa caja con una invisible llave que abrió la cerradura. Ahora corrotean dentro mía, como niños nerviosos por cojer una pelota que se ha escapado, como un fuego que se alimenta de un bosque y su llama no se apaga por mucha agua que se le tire.
Me encuentro como inconsciente, ahora mismo no vivo en esta vida, si no que vivo acomodada en una gran nube donde solo se ve lo más bonito, las estrellas, la luna, el cielo.
Tristeza, dice que quiere a una chica. Con obsesión y locura.
Pienso en la parte positiva, pero me envuelve muchas veces la negativa.
Y no puedo dejar de pensar en lo confusa que me tiene... Y en lo que yo le quiero.