11/12/09

Miradas, caricias...


No entiendo nada.
A qué venían esas miradas.
A qué venía esas palabras.
A qué venía esos rozamientos disimulados.
¿A qué?

Qué debo hacer y qué debo pensar.
Ilusión, desilusión... que iguales son esas palabras y que diferentes son su significado.
Qué bonita es la esperanza y la ilusión.
Y qué trágica es la desilusión.
Gracias a tus ojos en un nube estoy, de la que no puedo bajar y enterarme de las cosas que suceden a mi alrededor.
Gracias a tus palabras me hicistes volar en unos momentos y no acordarme de la gente que me rodeaba.
Gracias a tus manos sentí ese desgraciado sentimiento, el culpable de mi comportamiento, de mi distracción, de mi nublamiento...
Parece como si ahora dependiera de ti, de tus caricias, de tus abrazos, de tus sonrisas.
Yo no quiero estar así...

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